"People will accept your ideas much more readily if you tell them Benjamin Franklin said it first"
DHC

21.6.11

Sobre "El Libro de Esther" por Juan Carlos Méndez Guédez

“Alzo los brazos y quiero arañar al aire”. Así debe sentirse todo el tiempo este hombre, que nos da a entender que nunca sabe lo que hace. Si se despierta en un lugar desconocido, frustrado, si se olvida de dónde está, si el Alzheimer se lo come vivo. ¿Cómo sabe uno que lo que nos contó no es la voz de su enfermedad luego de darle un golpe de Estado a su cerebro? Por esto mismo es que no pude seguir, no resistí seguir oyendo sobre Esther, que se intercala con Marilyn, que la fiesta, que el centro comercial, que el avión, que el mondongo, que uno tiene que ir al baño luego de cada comida. De adelante para atrás, saltando rápidamente episodios y volviendo a los recuerdos como haciéndolos parte del presente, el señor Méndez Guédez nos relata la búsqueda de un amor perdido, y uno no puede llegar a saber si la mujer aparece o no en la historia. Es como una confusión masiva de todo lo que existe en el pensamiento del protagonista, Eleazar. Sin suspenso alguno, directamente pero con rodeos, explica exactamente qué es lo que quiere, lo que busca y lo que pasa. Perdió la oportunidad de su vida y lo peor es que le echa la culpa a un refresco, siempre el puto refresco.

Al inicio es algo confuso, igual que al final, porque da lugar a muchas conclusiones de inmensa variedad. Esto da paso a la frustración, que se acentúa en el tenso momento en que persigue a Esther, que parece representar la realización en su vida, y se vuelve un desastre, aunque logra encontrarla entre el cielo y el infierno. En el aeropuerto la busca, en las Islas Canarias, en Venezuela, en sus recuerdos, en sus amigos, en sus libros. En los problemas con Marilyn recuerda a Esther. En las calles oscuras, el carro, el ascensor, donde está Marilyn, está la Pepsi-cola que marcó la diferencia.

Dado que Eleazar no quiere terminar como su amigo Carlos el moribundo, decide perseguir el sentido de sus ideas, que se materializan en Esther. Ninguno de sus amigos logra ayudarlo. Nada podría darle lo que realmente esperaba. No era por encontrar a Esther, era por recuperar el tiempo perdido. Esto se complica debido a que simplemente, en pocas palabras, es un hombre extraño. Enteramente honesto con todos, excepto consigo mismo, es un personaje difícil de asimilar, pero se puede. Tal vez no alcanza su propósito, pero lo intenta.

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