"People will accept your ideas much more readily if you tell them Benjamin Franklin said it first"
DHC

8.6.11

¿Golondrinas?

A.M.E. una vez escribió sobre la Sterna Paradisaea, o golondrina del ártico, y sobre su largo viaje para emigrar al sur. Nombra a distintos animales que emigran cada año, y los compara con los humanos que lo rodean, haciendo saber que los humanos no lo hacen por instinto. El dueño de este sospechoso seudónimo establece las razones por las cuales los humanos emigran, huyen, se van y abandonan todo lo que conocen.

Acabando de resolver el misterio de las siglas del autor, trato de concentrarme en seguir sus ideas. En el mismo país y el mismo colegio, conozco cantidad de casos de emigrantes, por razones políticas, económicas, o cualquier ridiculez que cambie nuestra situación. Sé que muchos nombrarán a los que nos han dejado, pero eso no evitará que yo lo haga. Me disculpo de antemano si se me olvida alguien. Desde que estoy aquí, se han ido Marianne Lau, Raúl García, Francisco Cordero, Francisco Tamargo, Verónica Valdés, Valentina Gyarfas, Carmela Penfold, que tuvo que volver por problemas con su papeleo, Daniela Pacheco, Freddy Genatios, Adriana Castillo, Eva Doñaque, Oriana Hidalgo, Norberto Cáceres, Eugenia Lara, entre otros de los que uno no se entera. Aquí uno no se entera de nada. Las cosas funcionan mal, o no funcionan.

Como verán, con el tiempo se ve el aumento en la cantidad de personas que se van, buscando una mejor solución. No por cobardía; muchos se van para poder asegurarle una vida a quienes no pueden luchar por la suya, por lo menos no todavía. A.M.E. nos dice que cree que lo correcto es luchar, además de que "la ciudad siempre te acompañará", como dice Cavafy. La historia de tu origen estará contigo. Con quejas no se llega a nada, pero uno siempre estará luchando internamente contra lo que amenaza sus orígenes, aunque sea por instinto.

A.M.E. nos hace notar, además, que muchos animales están en la necesidad de emigrar por el paso del hombre a sus ecosistemas. Esto sí lo sabemos con certeza, pero va más allá de nuestras manos. No creo que el fin justifique los medios, por lo que hago lo posible por no interferir y dañar lo que no puedo controlar en busca de beneficios propios. Tiene tan poco sentido que no veo por qué seguimos así hoy en día. No hay necesidad de afectar a otros en busca de la felicidad, o no debería haber. Tal vez el miedo es una razón para irse, además de la necesidad, pero no justifica la destrucción a su paso.

Sí, es difícil ver a alguien irse. Sí, es difícil luchar por lo que nos pertenece. Debemos aprender a manejar nuestra realidad, preparándonos no para la que tenemos, sino para la que queremos. Realmente no sé qué haría si la decisión de emigrar estuviese en mis manos y espero no tener que emigrar, pero, más que nada, espero estar preparada para cuando mi turno llegue.

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